miércoles, 23 de marzo de 2011

La adolescencia como "síntoma"


La adolescencia representa un periodo crítico para todos. Lo que antes funcionaba con una cierta homeostasis deja de un momento a otro de hacerlo. En este periodo lo que al niño le permitía decidir,dar una respuesta o le entregaba un sentido simplemente ya no funciona más.

Es justo en ese instante en que el nuevo adolescente comienza  identificarse con distintos ideales (rebeldía, ideal contestatario,religioso, tribu de pares, espiritual,no estoy ni ahí con nada,etc…) que lo hacen soñar con un “momento distinto” en el cual todas sus aspiraciones quedarían plasmadas finalmente (Por ende, todo intento de los padres es entendidad como una amenaza real que limita ). Es importante señalar que si como padres se comienza a actuar desde el desconcierto, el hastío y la desesperación esto profundizará la crisis (este momento en si ya es una crisis), a veces con pasajes al acto del adolescente.


 En el camino esa senda va sufriendo súbitos y bruscos cambios (clases de guitarra,de fútbol,taller x,introspección, lecturas diversas,etc…),pero el deseo de "aquel momento distinto se mantiene intacto". La observación atenta (pero no inquisitiva) de los padres debe estar presente para que los adolescentes puedan afirmar su elección incluso por elementos que están ajenos a la misma familia. La manera de graficarlo se podría sintetizar de esta manera: para que el río fluya y llegue al mar debe haber bordes que lo contengan.  Si esto no funciona,este es el momento preciso para consultar.

viernes, 18 de marzo de 2011

La capacidad de reparar


En la actualidad, gracias a numerosos estudios, se sabe que las relaciones de apego tempranas son las que sentarán las bases para el desarrollo de las estructuras cerebrales del hemisferio derecho.Estas son  las responsables de regular el estrés y de entregar el potencial para sobreponerse a las situaciones imprevistas de la vida.

La importancia superlativa de los 2 primeros años de vida no son una quimera, sino que sin duda marcarán un momento crítico del que comienza a crecer.



Es importante señalar que situaciones de apego desorganizadas, negligentes y de abuso van “pavimentando el camino”  para problemas futuros , no sólo en el área afectiva-emocional, sino que también en el area social, cognitiva y neurológica. Esto es muchas veces posible apreciar en la clínica a traves de problemas de relación con los otros, bajo rendimiento, falta de empatía,psicopatologías, etc…

Hasta aquí parece un callejón sin salida. Con ningún margen para el error, pero afortunadamente no es así. Muy por el contrario, esta interacción de apego está lejos de ser algo perfecto y homogéneo, sino que tiene muchas vicisitudes,ires y venires, pero la clave viene a ser la capacidad del cuidador de enmendar el error o descordinación en la interacción misma. Esto es lo que separa un buen pronóstico de uno no tan promisorio.




Así, entonces, la misma sensibilidad que existe para provocar un daño en un momento crítico, también existe para la seguridad y la empatía, de ahí lo fundamental de una intervención temprana o preventiva. Mientras más tarde la intervención, el problema se cristaliza ( Muchas veces de una manera lenta, crónica y por ende más grave).

martes, 15 de marzo de 2011

Inhibición

Es más habitual de lo que se cree, enfrentarnos a dudas  u observaciones de los padres graficadas en preguntas  acerca del “por qué mi hijo es tan quedado con…”, “tan miedoso con…”,  o“tiene verguenza de…”, “no tiene personalidad en el colegio”, “le da fobia…”, “etc…”.



Las respuestas y los diagnósticos pueden ser variados, la orientación del qué hacer  clínico también. Pero, hay algo importante , que puede marcar la dirección fundamental frente al problema y que hay que observar atentamente. Nos referimos a cuando nos enfrentamos a algo de una dimensión distinta a un “no quiero hacerlo”, “no me gusta” , “me da lata, no”  o un  simple “no porque no”.

Se trata de un aplacamiento efectivo,previo y real del “deseo de hacer algo”.
Esta inhibición se impone como una verdadera atrofia emocional que coarta el impulso de exploración natural inicial de una acción de un niño o adolescente.Ya no hay ni se tiene el deseo de realizar algo,lo que muchas veces esconde una  problemática de la cual hay que prestar una atención distinta.

martes, 1 de marzo de 2011

Ansiedad de separación: Autonomía-Dependencia. ¿Qué hacer?

Es altamente frecuente que en algún momento de la vida escolar éste se encuentre indispuesto de asistir al colegio.  Gritos y pataletas, mientras se aferra  fuertemente a la madre (u otro significativo) son la tónica del episodio.

Sin embargo,cuando ésta negativa se hace habitual y se acompaña  de una angustia excesiva y/o de manifestaciones somáticas como vómitos,temblores (entre otros) debemos prestar atención.

En algunas oportunidades  la situación pareciera que está fuera de control lo que va provocando una escalada con un deterioro significativo en el funcionamiento escolar y social del niño.



¿Qué hacer?

Si el problema es inicial, por lo general éste se relaciona con la asistencia a clases,por lo que el manejo debe enfocarse en el trabajo conjunto entre profesores y padres, apoyando, conversando y reforzando al niño en volver a clases lo antes posible. Cuando el problema se hace crónico estamos frente a algo más complejo porque están involucrados más factores personales y psicosociales a revisar con detenimiento.

Déficit Atencional: la importancia de un diagnóstico acertado


“Mi hijo es demasiado inquieto, no puede estar más de 5 minutos sentado. En la sala pasa una mosca y se desconcentra, le va mal en el colegio, se aburre en clases y comienza a molestar al resto de los compañeros.Estoy preocupada la profesora conversó conmigo y me exige tomar medidas”.

Es habitual en la práctica clínica recibir a padres validamente angustiados, que ya no saben qué hacer con sus hijos. Niños,pre-adolescentes y adolescentes que presentan serios problemas conductuales , falta de atención ,dificultades en la relación con los otros y  bajo rendimiento escolar configuran muchas veces un apresurado diagnóstico de un “supuesto déficit atencional”.

Según cifras actuales de los servicios de salud mental de la región metropolitana, el déficit atencional es uno de las patologias que  concita la mayor cantidad de consultas. Es también uno de los trastornos psicopatológicos con mayor sobrediagnóstico clínico. Por esta razón que es de vital importancia poder reconocer y dilucidar efectivamente de lo que se trata y cuál es el profesional adecuado (psicopedagogo,neurólogo,psiquiatra o psicólogo) competente al problema.

Saber dividir aguas y definir si se trata de una hiperactividad normal,o si es que se trata de algún trastorno específico del aprendizaje (muchas veces no ha sido detectado y a mediano plazo desencadena aburrimiento en los estudios, por ende  inquietud o deseos de hacer otra cosa). O si es que estamos frente a un estado ansioso  (una de las maneras de los niños de manifestar la angustia es exteriorizarla a través de hiperactividad) ,entre otros posibles diagnósticos diferenciales que deben ser evaluados singularmente caso a caso, darán las claves para un tratamiento efectivo .

La capacidad de apertura en la dirección del tratamiento

Muchas veces la importancia de la curación radica en entregar otras posibilidades. Abrirse a pensar las cosas de otra manera, dar espacio a los tiempos subjetivos y generar espacios fundadores de oportunidad del niño o el adolescente.Estos son grandes aliados en el desarrollo de una terapia.


Es cierto, el psicólogo debe saber lo que está haciendo-que duda hay en eso-pero tan importante como esto es la capacidad de sucitar y generar en los consultantes sus propias intervenciones para así lograr una nueva dimensión de lo que está aconteciendo.

En términos generales, los procesos terapeúticos funcionan mucho mejor cuando entre todos damos paso a permitir que ahí acontezca algo nuevo.